sábado, 17 de marzo de 2007

La trata de personas fomenta el colapso social

La pérdida del sostén de la familia y de la comunidad hace que la víctima de la trata sea vulnerable a las demandas y amenazas de los tratantes y contribuye de varias maneras al colapso de las estructuras sociales. La trata debilita la autoridad de los padres, debilita los vínculos con otros miembros de la familia e impide la educación y el desarrollo moral de los menores. La trata interrumpe la trasmisión de conocimientos y valores culturales de los padres a los hijos y de una generación a otra, debilitando de esta manera uno de los pilares esenciales de la sociedad. Las ganancias derivadas de la trata muchas veces permiten que ésta se arraigue en una comunidad en particular, que se ve explotada entonces repetidamente como fuente propicia de víctimas. El temor de llegar a ser una víctima de la trata puede hacer que grupos vulnerables como los niños y las mujeres jóvenes vivan escondidos, lo cual produce efectos adversos en su educación o estructura familiar. La falta de educación reduce las futuras oportunidades económicas de las víctimas y aumenta su vulnerabilidad a la trata en el futuro. Las víctimas que logran volver a sus comunidades frecuentemente se ven estigmatizadas y condenadas al ostracismo y requieren servicios sociales continuos. Son más propensas a consumir substancias estupefacientes e involucrarse en actividades delictivas.

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